El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que hablará por teléfono con el mandatario estadounidense, Joe Biden, sobre su orden ejecutiva anunciada este martes para limitar las solicitudes de asilo en la frontera con México, una de sus medidas migratorias más duras.
“Tenemos pendiente una llamada telefónica con el presidente Biden, probablemente hoy, sobre esto, sobre el tema migratorio. Hemos venido avanzando bien, hay posturas de los dos gobiernos, primero, que mantengamos una relación de respeto a nuestras soberanías, que busquemos una política de buena vecindad”, dijo en su conferencia.
El mandatario no adelantó su opinión en concreto sobre la orden ejecutiva que se anunció en Estados Unidos mientras él hablaba, pero reiteró que su posición: “que se atiendan las causas de la migración, que ya no se esté pensando ni en muros, ni en militarizar la frontera, ni en cerrar la frontera”.
La orden de Biden permitirá limitar las solicitudes de asilo en la frontera con México, si el número de detenciones de migrantes supera un umbral concreto, además de deportar de forma expedita a quienes crucen de manera irregular, sin darles la oportunidad de presentar un caso ante las autoridades estadounidenses.
López Obrador reconoció que existen “diferencias políticas” sobre migración, pero no detalló cuál será la respuesta de México ante la posible deportación de más migrantes al territorio.
“Somos países independientes, soberanos, ellos pueden tomar las medidas que consideren, como también nosotros, entonces somos respetuosos de las soberanías de nuestros pueblos y naciones”, apuntó.
Biden anunció la medida a cinco meses de que sean las elecciones presidenciales en Estados Unidos, donde la migración es la prioridad de los votantes, y el demócrata competirá contra el exmandatario Donald Trump, quien consideró que la orden ejecutiva es “una amnistía”, sin pruebas.
El próximo mandatario estadounidense tendrá como contraparte en México a Claudia Sheinbaum, quien ganó las elecciones presidenciales el domingo pasado, con la promesa de defender la soberanía del país sin importar quién llegue a la Casa Blanca, pero previó mantener la política migratoria de López Obrador.
El presidente recordó ahora que exigen a Estados Unidos dos cosas: la regularización de los cerca de 5 millones de migrantes “que trabajan en Estados Unidos desde hace muchos años” y un plan de inversión para combatir las causas en Latinoamérica.
Pese a las discrepancias, aseveró “que la relación con el presidente Biden es muy buena, mucho muy buena, ha sido de mucho respeto”.
“La única recomendación es que sigamos, a pesar de que podamos tener diferencias políticas en este tema, que continuemos con nuestras relaciones, con la política de buena vecindad”, apuntó.
Fuente: Latinus