Gobierno federal arranca programa de desarme voluntario con recompensas en efectivo en iglesias

La retribución va de los 4 pesos por un cartucho calibre 22 a los 26 mil 450 pesos por ametralladoras ligeras o pesadas, siempre que sean útiles, pese a que serán destruidas frente al dueño

Magdalena llegó al atrio de la Basílica de Guadalupe con un rifle escondido entre suéteres y dentro de una bolsa de supermercado. No sabe el calibre, sólo que su papá lo adquirió hace unos 40 años y buena parte de ese tiempo estuvo embodegado.

“Yo creo que nada más la tenía por gusto (…) Ya tanto tiempo guardado ahí. ¿Y para qué lo queremos? Mejor si aquí lo requieren, pues adelante”.

Este viernes, en la explanada del templo mariano, la presidenta Claudia Sheinbaum puso en marcha el programa “Sí al desarme, Sí a la Paz”.

“Las armas es un símbolo de la violencia, es un símbolo de la muerte. Armados están las Fuerzas Armadas, pero no queremos que tenga un arma ninguna familia y menos si sabemos que alguien está dedicado a la violencia o que se ha acercado a un grupo delictivo”, dijo la mandataria acompañada por los secretarios de Gobernación, Defensa Nacional y Marina, así como Seguridad y Protección Ciudadana.

El programa consiste en que, voluntariamente y de forma anónima, la gente entregue armas de fuego, municiones y explosivos a cambio de dinero en efectivo.

La retribución va de los 4 pesos por un cartucho calibre 22 a los 26 mil 450 pesos por ametralladoras ligeras o pesadas, siempre que sean útiles, pese a que serán destruidas frente al dueño.

La presidenta informó que el programa se replicará en iglesias católicas y evangélicas de todo el país.

“Hoy agradecemos estar aquí en este lugar tan simbólico, en la Basílica de Guadalupe. Agradecemos por eso a las autoridades de la Iglesia Católica en esta construcción de la paz”, resaltó.

A nombre de la jerarquía católica, Monseñor Efraín Hernández Díaz, Rector de la Basílica, ofreció el respaldo para el programa de desarme.

“El que los atrios de las iglesias inspiren confianza en las personas para traer sus armas de fuego e intercambiarlas nos llena de satisfacción y esperanza. Como iglesia apoyaremos siempre las iniciativas en pro de los derechos humanos, en donde se promueva el respeto a la vida, la dignidad, la paz duradera, la justicia y los valores de las personas”, condicionó.

En la ceremonia, Clara Brugada, jefa de gobierno de la Ciudad de México, defendió que un programa similar implementado por su antecesora, Claudia Sheinbaum, ayudó a bajar los índices de violencia en la capital del país.

“En 2018, en la ciudad hubo mil 922 lesiones dolosas de arma de fuego. 5.3 lesiones por arma de fuego al día. En 2024, bajó a 628 lesiones. Es decir, 67% de disminución de este delito. Y también, en 2019, había cuatro homicidios diarios en esta ciudad. Y con esta estrategia, para 2024 el medio diario fue 2.4, reducción del 40% de los homicidios”, detalló.

El programa de desarme incluye la posibilidad de que niñas y niños cambien juguetes bélicos por otros de tipo didáctico.

“Traía una pistola (de agua) y la cambié por un sistema solar (…) Mi intención es decirle no a la violencia y, además, mejorar como persona”, dijo Stephanie, de 12 años de edad. La pistola se la habían regalado sus papás.

“Muchas veces lo vemos como diversión, pero al final de cuentas si fomentamos el agredir a otras personas”, reconoció Fabiola, mamá de la niña.

“Yo diría que no nada más lo tomaran en pistolitas, porque hay cuchillos de juguete, hay navajas, las cuales le enseñan, los empiezan a manipular en ese aspecto. Ojo, papitos, no es nada más con ahora con las pistolitas”, advirtió Cecilia, mamá de otro niño que también cambió una pistola por un montable para un hermano menor.

Fuente: Latinus

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