Dos medicamentos utilizados para abortar pronto podrían ser reclasificados como sustancias controladas y peligrosas en Louisiana en virtud de un proyecto de ley, el primero de su clase, que recibió este jueves la aprobación legislativa definitiva y se espera que sea promulgado por el gobernador.
Los partidarios de la reclasificación de la mifepristona y el misoprostol, conocidas como las píldoras abortivas, dicen que protegería a las futuras madres de los abortos forzados. En tanto, múltiples doctores han dicho que la medida les dificultará recetar los medicamentos que utilizan para otras necesidades importantes de salud reproductiva, y podría retrasar el tratamiento.
Louisiana tiene actualmente una prohibición casi total del aborto, que se aplica tanto a los abortos quirúrgicos como a los farmacológicos. La iniciativa de la Legislatura, dominada por republicanos, de reclasificar la mifepristona y el misoprostol podría abrir la puerta a otros estados republicanos que prohíben el aborto y quieren imponer restricciones más estrictas a estos fármacos.
La ley vigente en Louisiana ya exige una receta para ambos fármacos y tipifica como delito su uso para provocar un aborto en la mayoría de los casos. El proyecto de ley dificultaría la obtención de las píldoras al incluirlas en la lista de fármacos de la Lista IV de la Ley Uniforme de Sustancias Peligrosas Controladas del estado.
La clasificación exigiría a los médicos tener una licencia específica para recetar los fármacos, que se almacenarían en determinadas instalaciones que podrían ser lejos de las clínicas rurales. Poseer a sabiendas los fármacos sin una receta válida conllevaría un castigo que incluiría fuertes multas y penas de cárcel.
Los partidarios afirman que se impediría a la gente consumir ilegalmente las píldoras, aunque el texto del proyecto de ley parece establecer protecciones para las mujeres embarazadas que obtengan el medicamento sin receta para su propio consumo.
Más de 200 médicos del estado firmaron una carta dirigida a los legisladores en la que advierten que podría producir una “barrera a la facilidad de los médicos para prescribir el tratamiento adecuado” y causar un miedo y una confusión innecesarios tanto entre pacientes como entre médicos. Los doctores advirtieron que cualquier retraso en la obtención de los fármacos podría empeorar los resultados en un estado que tiene una de las tasas de mortalidad materna más altas del país.
Además de inducir abortos, la mifepristona y el misoprostol tienen otros usos comunes, como el tratamiento de abortos espontáneos, la inducción del parto y la detención de hemorragias.
Fuente: Latinus