La justicia de Ecuador negó este lunes una solicitud de habeas corpus —exigencia de libertad de algún preso cuya detención haya sido irregular— para el exvicepresidente Jorge Glas, quien purga dos sentencias de prisión por corrupción, por lo cual deberá seguir recluido en una cárcel de máxima seguridad de Guayaquil.
Los abogados de Glas rechazaron la decisión y solicitaron al juez que el exvicepresidente, condenado por el caso Odebrecht y otro caso de sobornos, pueda recibir arresto domiciliario, lo que también fue negado.
El magistrado argumentó que no se logró probar que se han violado derechos del recluso, quien, según sus defensores, ha recibido atención de 79 psicólogos, cardiólogos, neumólogos y médicos generales en los tres meses en que ha estado detenido.
“Esta decisión no sólo ignora los argumentos sólidos presentados… Si no que también subraya la existencia de un sesgo que socava los principios básicos de justicia y equidad”, afirmó en un comunicado la defensa de Glas, quien en la audiencia de este lunes reiteró que en su celda hay ratas y malas condiciones sanitarias.
Glas ocupó la vicepresidencia entre 2013 y 2017 durante el gobierno de Correa, tras lo cual fue procesado por la justicia y recibió dos sentencias por corrupción: una de seis años de prisión por el caso Odebrecht y otra de ocho años por recibir sobornos a cambio de autorizar obras públicas. También está siendo procesado por un nuevo delito de malversación de fondos públicos.
Para evitar la acción de la justicia, Glas ingresó a finales del año pasado a la embajada de México en Quito, pero a inicios de abril la policía irrumpió en esa sede diplomática y lo capturó, lo que provocó la ruptura de relaciones diplomáticas y mutuas demandas ante la Corte Internacional de Justicia.
Poco antes de la incursión, Glas había recibido asilo.
Días después de la inusual detención, Glas, de 54 años, fue ingresado en un hospital de Guayaquil tras sufrir una descompensación porque se negó a ingerir alimentos, pero tras recuperar su salud volvió a ser internado en la cárcel de máxima seguridad La Roca, donde además se encuentran líderes de bandas criminales, narcotraficantes y jueces corruptos, entre otros.
Fuente: Latinus