La guerra ha dejado además cerca de dos millones de desplazados, de los cuales 1.9 millones son gazatíes que sobreviven en medio de una crisis humanitaria sin precedentes
La guerra entre Israel y el grupo islamista Hamás, que controla la Franja de Gaza, cumple 10 meses este miércoles en medio de un pico de tensión en Oriente Medio, a la expectativa de un posible ataque de Irán y sus milicias aliadas contra Israel.
El Estado judío cumple una semana de zozobra luego de que Irán y sus milicias aliadas juraron vengar los asesinatos del máximo líder militar del grupo chií Hezbolá, Fuad Shukr, muerto en un bombardeo israelí a las afueras de Beirut el 30 de julio, y del líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, quien perdió la vida en un ataque en Teherán el 31 de julio, que las autoridades iraníes atribuyen a Israel.
“Nuestros enemigos, envenenados por el odio, cegados por el radicalismo y el antisemitismo, han jurado atacarnos nuevamente”, se quejó el presidente israelí, Isaac Herzog, en un mensaje a las comunidades judías de todo el mundo.
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, trató de calmar la creciente angustia de la población al asegurar que Israel “está preparado tanto para la defensa como para el ataque”.
“Sé que los ciudadanos de Israel están alerta, y les pido una cosa: mantengan la paciencia y la calma. Estamos preparados”, insistió, mientras algunos medios israelíes sugieren que Israel estudia la posibilidad de un “ataque preventivo” para disuadir a Irán, pese a que la comunidad internacional, sobretodo Estados Unidos, trata de impedir una escalada regional por la vía diplomática.
Aunque el Ejército israelí no ha dado instrucciones especiales a los ciudadanos, las autoridades del norte del país sí han recomendado mantenerse cerca de los refugios, evitar las aglomeraciones y los trayectos innecesarios, ante la posibilidad de una escalada aún mayor en la frontera con Líbano.
Ese área vive el peor pico de tensión desde la guerra de 2006, luego de que Hizbula abrió fuego contra Israel el 8 de octubre, en solidaridad con Hamás, generando un intercambio bélico que ha dejado cerca de 600 muertos, la mayoría del lado libanés y en las filas de la milicia.
Una guerra que no acaba
Desde que Hamás hizo estallar la guerra el 7 de octubre del año pasado con un ataque contra Israel que dejó unos mil 200 muertos y 251 secuestrados, se han acumulado al menos 39 mil 677 palestinos muertos —la mayoría niños y mujeres—, 91 mil 645 heridos y unos 10 mil desaparecidos bajo los escombros en la devastada Franja de Gaza, azotada sin tregua por la ofensiva aérea, terrestre y marítima del Ejército israelí.
En la Franja de Gaza, 111 de los rehenes israelíes siguen cautivos, entre ellos dos niños hermanos, de cinco y un año respectivamente. Según Israel, 39 de esos rehenes habrían perdido la vida, una cifra que se eleva a más de 70 según Hamás.
De su lado, las fuerzas israelíes han aprehendido a miles de gazatíes por considerarlos “sospechosos”, muchos de ellos presos sin cargos formales en cárceles donde la tortura y los abusos se practican sistemáticamente, según denuncian varias organizaciones internacionales.
La semana pasada, 10 soldados israelíes fueron arrestados por presuntamente haber cometido abusos sexuales contra un preso palestino en el centro de detención Sde Teiman.
La mitad de ellos fueron liberados, pero otro uniformado enfrenta cargos por supuestamente haber ejercido “una violencia severa contra detenidos (palestinos) bajo su custodia”.
La guerra ha dejado además cerca de dos millones de desplazados, de los cuales 1.9 millones son gazatíes —casi el total de la población— que sobreviven en medio de una crisis humanitaria sin precedentes por la destrucción generalizada de las viviendas, el colapso de los hospitales, el brote de epidemias, la amenaza de la hambruna y la escasez de agua potable, medicinas y electricidad.
En tanto, unos 100 mil israelíes se encuentran desplazados por la guerra, algunos de ellos habitantes de las comunidades cercanas a Gaza y otros pobladores de la zona fronteriza con Líbano, donde las sirenas antiaéreas se activan diariamente por los ataques milicianos y los interceptores israelíes.
Estados Unidos —el mayor socio y proveedor de armas de Israel—, Qatar y Egipto, han mediado durante largos meses para alcanzar un acuerdo de cese el fuego que permita la liberación de los rehenes en Gaza y la entrada de ayuda al enclave palestino.
Sin embargo, esta posibilidad parece palidecer aún más ante el ambiente de alta tensión en la región y luego de que Haniyeh, considerado moderado, fue sustituido por el radical y beligerante Yahya Sinwar, quien lidera el brazo armado de Hamás al interior de Gaza.
Con 350 drones y misiles, Irán lanzó un ataque directo e inédito contra territorio israelí a mediados de abril en represalia por un bombardeo contra el consulado iraní en Damasco, que causó la muerte de siete miembros de la Guardia Revolucionaria, entre ellos dos generales.
Ese ataque fue neutralizado por los sistemas de defensa de Israel y sus aliados occidentales y dejó daños menores.
Fuente: Latinus