Equipo de expertos indaga tragedia aérea en río Hudson donde fallecieron seis personas

En el accidente falleció el piloto Sean Johnson, veterano de la Marina y cinco españoles

Un equipo de diecisiete expertos continúa desplegado en el lugar del accidente del helicóptero turístico que se estrelló ayer contra el río Hudson de Nueva York con seis personas a bordo —el piloto y cinco españoles— que murieron casi de inmediato, pero se desconocen aún las causas del siniestro.

La directora del Organismo Nacional de Seguridad del Transporte, Jennifer Homendy, declinó hoy en una rueda de prensa pronunciarse sobre la causa probable del accidente: “Tenemos mucha información, pero no vamos a especular. Necesitamos confirmar la información. Es un proceso que lleva tiempo”, explicó.

“Todo está sobre la mesa, no descartamos nada”, añadió.

El equipo de buceadores de emergencias sigue trabajando en la recolección de piezas del helicóptero que cayeron al río, “incluyendo el rotor principal, la transmisión principal, la estructura de cubierta y la estructura de la cola”, dijo la responsable.

“Estamos recolectando las pruebas perecederas; las pruebas que necesitamos para la investigación en cuanto a mantenimiento, libros de registro y otros materiales”, divulgó.

Agregó que se han recuperado los registros del piloto, quien tenía un certificado de pilotaje comercial y había reportado 450 horas de experiencia de vuelo una visita médica de septiembre del año pasado. A fines de marzo acumulaba unas 788 horas de vuelo, indicó.

Homendy insistió en que su organismo agradecerá toda la información ciudadana que los testigos del accidente puedan aportar “aunque les parezca irrelevante” y proporcionó un correo para hacerlo.

En cuanto a las víctimas, la repatriación de sus cadáveres no podrá hacerse en el día de este viernes, según reconocieron a EFE fuentes consulares españolas en Nueva York.

Aludieron a los complicados trámites burocráticos que requiere una operación de este tipo, aunque insistieron en que están tratando de agilizarlas al máximo.

También el alcalde de Nueva York, Eric Adams, dijo a EFE que por su parte ayudaría en todo lo que pudiera para facilitar esa repatriación, pero reconoció que no ha hablado con sus allegados.

“Trabajaremos estrechamente con la concejala general para coordinarnos con nuestros socios federales en todo lo que sea necesario. Si los cuerpos deben ser transportados de regreso, estaremos aquí para ayudarles con la logística. Mi unidad de asistencia a los constituyentes y mi unidad de asuntos internos e internacionales colaborarán con ellos para brindarles toda la asistencia que necesiten”, subrayó.

Los medios han publicado ya el nombre del piloto, Sean Johnson, que con 36 años es un veterano de la Marina. Pero se desconoce todo sobre lo que pudo sucederle en los minutos previos a que el helicóptero se partiera en varios pedazos y cayera al agua.

Un accidente que ha generado un debate sobre la regulación
El accidente de ayer ha generado este viernes un intenso debate sobre la regulación de esta actividad de los llamados “vuelos no esenciales”, que incluyen a los helicópteros turísticos (que sobrevuelan la ciudad para ofrecer vistas panorámicas) y los “taxis aéreos” que permiten saltarse el engorroso tráfico de Manhattan para llegar más rápido al aeropuerto y las playas más cercanas.

Este tráfico sumó el año pasado unos 80 mil vuelos sobre Manhattan, que fueron protagonizados por personas con alto poder adquisitivo, toda vez que cada vuelo comienza a partir de los 250 dólares por persona y trayecto.

No es de extrañar que algunos políticos estén protestando contra esta industria del lujo, entre ellos el congresista municipal Brad Hoylman-Signal, que representa al oeste de Manhattan, precisamente donde sucedió la tragedia.

“Los helicópteros deberían reservarse para emergencias, cobertura de noticias urgentes y operaciones de salud pública, y no para visitas turísticas o viajes de lujo”, dijo hoy.

Según la Red de Propiedad de Aviación, solo los tres helipuertos públicos generan unos 2.7 millones de dólares en ingresos para la ciudad por el alquiler de las instalaciones, y las empresas de helicópteros turísticos, que emplean a unas 100 personas, se embolsan unos 11 millones de dólares anuales.

Fuente: Latinus

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