El expresidente estadounidense Donald Trump, a sus 77 años de edad, fue encontrado culpable ayer de 34 delitos en Nueva York, que se sustentan en un reguero de cheques, facturas por conceptos incorrectos y reembolsos para comprar el silencio de la actriz porno Stormy Daniels por una sórdida noche en una suite del Lago Tahoe, en California.
El jurado ha dado por probado más allá de toda duda razonable que Trump falseó, voluntariamente y con conocimiento, los reembolsos a su entonces fiel colaborador y asesor legal Michael Cohen por un monto de 420 mil dólares con la intención de ocultar el pago a Daniels antes de las elecciones de 2016, a cambio de mantener sus secretos.
Trump quería que no se diera a conocer la versión de Daniels sobre un supuesto encuentro sexual entre ambos en un hotel del Lago Tahoe en 2006, durante un torneo de golf en el que Trump quedó en un deshonroso puesto 62.
Los pagos y documentos se realizaron en 2017 y han sido hoy la razón por la que Trump se ha convertido en el primer exmandatario estadounidense convicto en un caso penal.
Los documentos que dan pie a los 34 cargos de los que Trump ha sido declarado culpable de delitos de falsificación documental son 11 cheques, 12 comprobantes de pago y 11 facturas destinados a Cohen por valor de 420 mil dólares.
De ese monto, 130 mil dólares fueron ocultados de diversos modos para reembolsar a Cohen el pago por el mismo monto a Daniels, 180 mil fueron pagados para cubrir posibles consecuencias fiscales, 60 mil en un bono para Cohen y 50 mil para otros gastos a proveedores.
Esos 130 mil dólares se intentaron ocultar en 12 reembolsos de 35 mil dólares que constaban incorrectamente como “gastos legales”, algo ilegal y que este jueves el jurado consideró probado.
Hasta nueve reembolsos en forma de cheque llevaban la ya icónica firma de Donald Trump.
De todos esos documentos se han devenido los 34 cargos por falsificación de documentos mercantiles de los que el jurado ha encontrado culpable a Trump tras nueve horas y media de deliberaciones.
Los cargos podrían haber sido considerados sólo una falta bajo la ley del estado de Nueva York si no se hubiera demostrado también que tenían “la intención de defraudar con el motivo de cometer otro crimen o permitir la ocultación de su comisión”.
Esa ocultación de otro crimen, como argumentaba la fiscalía, ha sido el incumplimiento de la ley electoral de Nueva York, que no permite “la elección de una persona para un cargo público por medios ilegítimos”.
Con todo, la noche en la que Trump invitó a Daniels a su suite en el Lago Tahoe envuelto en un pijama de seda ha sido, a pesar de que Trump se proponía lo contrario, histórica.
Fuente: Latinus