Capibaras se multiplican en Argentina: piden zona de conservación frente a riesgos de los ejemplares y residentes

The New York Times destaca que la presencia masiva de estos roedores anfibios ha provocado división de opiniones, ya que algunos los consideran bonitos, mientras que otros temen que puedan agredir a sus hijos o perros

Los capibaras se han convertido en un roedor que ha triplicado su presencia en una región de Argentina y cuya presencia masiva ha causado molestia en algunas personas, por lo que vecinos han pedido que las autoridades les otorguen una zona segura, publicó este domingo el diario The New York Times.

De acuerdo con el medio, biólogos estiman que hay cerca de mil ejemplares en Nordelta, un lujoso barrio al norte de Buenos Aires, y que su proliferación ocurrió durante la pandemia de Covid-19, cuando los residentes estuvieron en sus casas.

“Sin duda, admitió la mayoría de los residentes, los capibaras son bonitos. Pero también provocan accidentes de tráfico, se abren paso a mordiscos por los jardines y, en ocasiones, han atacado a algunos de los perros más pequeños de la comunidad”, señala la publicación.

Uno de los representantes vecinales del lugar, Pablo Pefaure, dijo al New York Times que es frecuente la queja por la presencia de estos roedores anfibios ante lo que pudieran hacerle a sus hijos o a sus perros.

“Los ven como peligrosos, los ven como invasivos, temen por sus hijos más chicos”, añadió.

El diario destaca que este grupo vecinal ha protestado en las calles y ha recolectado 25 mil firmas a través de una petición en internet para pedir la conservación de esta especie.

En sus publicaciones han señalado que el maltrato contra estos animales y el atropello masivo, por lo que una de sus propuestas es la esterilización de los capibaras y un espacio de conservación.

The New York Times destaca que el aumento de los capibaras en la zona se debe a que la industria de la construcción a destruir su hábitat, por lo que han tenido que salir del bosque para instalarse en los suburbios.

Fuente: Latinus

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