La devastación fue especialmente grave en las montañas de la Cordillera Azul, donde al menos 50 personas murieron dentro y en los alrededores de Asheville, un sitio turístico conocido por sus galerías de arte, cervecerías y actividades al aire libre
El gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster, dijo este martes que los remanentes del huracán “Helene” provocaron la muerte de 36 personas en el estado, lo que eleva a 152 el número de víctimas mortales del sistema.
McMaster anunció la muerte de tres personas más en una conferencia de prensa en West Columbia, Carolina del Sur.
La tormenta trazó un camino de muerte y destrucción a través del sureste de Estados Unidos tras tocar tierra el jueves en Florida. Casi la mitad de las muertes ocurrieron en Carolina del Norte, mientras que docenas más se produjeron en Carolina del Sur y Georgia.
Perros detectores de cadáveres y equipos de búsqueda se abrían paso a través del lodo y los escombros que les llegaban hasta las rodillas en las montañas del oeste de Carolina del Norte, en busca de víctimas del huracán “Helene”, días después de que la tormenta irrumpiera causando muerte y destrucción en el sureste de Estados Unidos.
El número de víctimas mortales de “Helene” se elevó a 150, y los rescatistas exploraban la región utilizando helicópteros para pasar por encima de los puentes arrasados y caminando a través de la vegetación para llegar hasta las viviendas más aisladas.
Muchas de las personas que vivieron la que fue una de las tormentas más letales de la historia estadounidense, se quedaron sin electricidad y sin formas de pedir ayuda. Algunas de ellas cocinaban alimentos en asadores de carbón o caminaban a tierras altas con la esperanza de encontrar señal para llamar a sus seres queridos.
La devastación fue especialmente grave en las montañas de la Cordillera Azul, donde por lo menos 50 personas murieron dentro y en los alrededores de Asheville, un sitio turístico conocido por sus galerías de arte, cervecerías y actividades al aire libre.
Justo en las afueras de la ciudad, en la pequeña comunidad de Swannanoa, el retroceso de las aguas dejó ver autos apilados unos encima de otros y casas rodantes que flotaron a la deriva durante la tormenta. Los caminos estaban cubiertos de lodo y escombros, y marcados de socavones.
“Varias comunidades fueron borradas del mapa”, dijo el martes el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper.
Fuente: Latinus