El fin de esta medida afectaría en particular a migrantes de Florida, donde vive uno de cada tres de los más de un millón de beneficiarios de Estados Unidos, según un reporte del Congreso
Cerca de 55 mil hondureños temen perder su estatus de protección temporal (TPS) en Estados Unidos tras el fallo de la Corte Suprema que esta semana autorizó al presidente, Donald Trump, terminar con esta condición para 350 mil venezolanos.
Hondureños en Florida, segundo estado con la mayor cantidad de centroamericanos, expresaron a EFE su incertidumbre, pues el actual estatus vence el 5 de julio y, hasta ahora, no hay noticias sobre su renovación mientras la administración de Trump insiste en restringir lo más posible el TPS.
Esto mantiene en el limbo a migrantes que viven de forma legal en Estados Unidos desde hace décadas, como Aarón Pineda, un hombre de 67 años que tiene este estatus desde que comenzó el programa para Honduras, en 1999, y trabaja como constructor en Miami.
El fin del TPS, que Trump ya intentó cancelar para los hondureños en su primer mandato (2017-2021), rompería familias como la de Pineda, pues él está casado desde hace cuatro años con Carmen Moreno, quien también es de Honduras, pero tiene otro estatus legal en Estados Unidos.
Para ella, es importante mantener este programa legal “para que la gente no ande con miedo y trabaje y aporte a la economía, también en Honduras, porque esta gente paga ‘taxes’ (impuestos), de lo que ganan”.
Más miedo
El temor entre los migrantes crece tras el fallo del lunes de la Corte, que permitió al gobierno de Trump eliminar el TPS para venezolanos, como lo decidió tras asumir el poder el 20 de enero, cuando la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, calificó a los beneficiarios como “desgraciados” y “criminales”.
Trump intentó eliminar este estatus en su primer mandato para los migrantes de países como El Salvador, Haití, Honduras, Nicaragua, Nepal y Sudán, por lo que, tras este fallo contra los venezolanos ha causado temor para otras comunidades que forman parte del TPS.
“Uno en este país llega a veces sin nada, pero tiene que sacar papeles cuando se da la oportunidad, pero sin oportunidad no se puede sacar ningún papel y entonces no se puede trabajar libremente, no puede trabajar sin permiso, tiene que estar escondido”, lamentó Elmes Alemán, quien llegó a Estados Unidos en 1997 desde Tegucigalpa.
El fin del TPS afectaría en particular a migrantes de Florida, donde vive uno de cada tres de los más de un millón de beneficiarios de Estados Unidos, según un reporte del Congreso.
Alemán tiene un negocio de construcción, por lo que defiende la aportación económica de quienes tienen el estatus de protección en Estados Unidos.
Migrantes piden apoyo a su país de origen
Ante la incertidumbre, Juan Flores, presidente de la Fundación 15 de Septiembre en Miami, pidió al gobierno de Honduras abogar por la permanencia del TPS, al citar que las remesas de los hondureños en Estados Unidos representan más de la cuarta parte del producto interior bruto (PIB) del país centroamericano.
“Estamos en estado de indefensión, no tenemos un gobierno que nos cubra, que nos proteja”, comentó el líder hondureño a EFE “hoy nos vemos solo entre nosotros como migrantes protegiéndonos y abogando a la buena voluntad de la administración del presidente Trump, que nos pueda otorgar la extensión del TPS”, agregó.
El secretario de Relaciones Exteriores de Honduras, Enrique Reina, aseguró el 5 de mayo en su cuenta de X que la Cancillería ha “realizado todas las gestiones pertinentes para apoyar a los compatriotas”, incluyendo una reunión con la secretaria Noem.
Fuente: Latinus