“Es aberrante que los reembolsos de la deuda a las empresas más ricas del mundo se paguen a expensas de la educación o la atención sanitaria de los niños”, denunció el experto belga Olivier De Schutter
El sistema financiero internacional no está siendo capaz de gestionar la catastrófica crisis de deuda que enfrentan los países en desarrollo, donde cada vez más personas se hunden en la miseria, advirtió este jueves el relator de la ONU Olivier De Schutter en ocasión de la celebración del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza.
“El sistema actual, caracterizado por una representación desigual entre países de renta alta y baja, condiciones de préstamo desfavorables y reestructuraciones de deuda injustas, está atrapando a demasiados países en un ciclo de pobreza”, señaló De Schutter, relator especial sobre pobreza y derechos humanos, a través de un comunicado.
El relator subrayó que el aumento de los tipos de interés desde la pandemia de la Covid-19, unido a la crisis de deuda que ya se llevaba produciendo durante años en el Sur Global, ha dejado a 3 mil 300 millones de personas viviendo en países que gastan más en el pago de intereses que en servicios públicos que combatan la pobreza como la educación o la sanidad.
“Es aberrante que los reembolsos de la deuda a las empresas más ricas del mundo se paguen a expensas de la educación o la atención sanitaria de los niños”, denunció el experto belga.
Ante esta situación, advirtió que, a pesar de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) instó en 2020 a los países del G20 a aumentar la ayuda para reestructurar la deuda de los países pobres, la respuesta de las instituciones financieras internacionales, los Estados y los prestamistas privados hasta la fecha “no está funcionando”.
Por ello, instó a los gobiernos de estas naciones a promulgar leyes que obliguen a los acreedores privados bajo su jurisdicción a participar en el alivio de la deuda de sus países.
También pidió una reforma urgente del sistema financiero internacional para que se ajuste a los derechos humanos.
“La solución a la crisis de la deuda no es estimular el crecimiento económico a toda costa, ni imponer políticas de austeridad, es cancelar o reestructurar la deuda, y centrarse en la inversión pública, especialmente en protección social, lo que restablecerá la perspectiva de prosperidad a largo plazo”, concluyó.
Fuente: Latinus