Por el Rector del Instituto estudios superiores de Chihuahua Doctor Omar Bazán Flores
Hoy en día existe una agenda global que viene priorizando el crecimiento de las ciudades desde un enfoque de respeto al medio ambiente; y el concepto de “ciudades circulares” es cada vez más una realidad.De ahí que se ha comprobado que las implicaciones de éstas contribuyen a conseguir un desarrollo sostenible, prosperidad económico y equidad entre las y los ciudadanos.
Las primeras acciones a desarrollar en una urbe con la circularidad, que ya han adoptado decenas de poblaciones en el mundo consisten en: Repensar, Rediseñar, Reusar, Reparar, Remanufacturar, Reciclar y Recuperar, esta estrategia es de gran utilidad si se toma en serio en los ayuntamientos, en nuestra entidad, sin importar su índice poblacional o extensión.
Las alcaldías deben pensar en un desarrollo urbano se base en la sostenibilidad económica, social y ambiental. En la actualidad existen diversos mecanismos, redes, iniciativas y políticas para fomentar la aplicación de la Economía Circular en las ciudades. En la Unión Europea (UE) la EIP-SCC (European Innovation Partnership on Smart Cities and Communities) desarrolla sinergias entre las ciudades y la industria para desarrollar infraestructuras y sistemas circulares.
Las experiencias de estos proyectos indican que las ciudades pueden desempeñar un papel fundamental en la reducción de residuos, la mejora de la eficiencia y el impulso de transformaciones económicas sostenibles.
Existen organizaciones como el Circular Economy Club (CEC) y Circle Economy que agrupan diferentes iniciativas a nivel mundial relacionadas con la Economía Circular, toda una biblioteca de casos de éxito que sirve para poner en valor estas acciones y fomentar su réplica en otras partes del mundo. De esta manera, los casos prácticos pueden orientar a las ciudades que deseen aplicar políticas circulares, comprobando los resultados obtenidos en otras urbes.
El Foro de América Latina UrbanShift, celebrado en Belém (Brasil) del 16 al 19 de abril 2024, elevó la idea de una economía circular para las ciudades y mostró cómo las iniciativas locales pueden contribuir directamente a los objetivos mundiales de sostenibilidad.
Centrándose en estrategias urbanas innovadoras, incluida la integración de medidas de economía circular, las ciudades pueden reducir drásticamente su huella de residuos plásticos.
Esto es especialmente pertinente a medida que las ciudades exploran nuevos enfoques para gestionar las enormes cantidades de residuos que generan, pasando de los métodos tradicionales de eliminación y reciclaje a soluciones más holísticas y sistémicas que eviten la generación de residuos en primer lugar.
Dado que las ciudades consumen más de dos tercios de la energía mundial y producen la mayor parte de las emisiones de efecto invernadero y los residuos, el cambio a una economía circular es crucial. En particular, las ciudades latinoamericanas se están urbanizando rápidamente, lo que presenta oportunidades únicas para ser pioneras en estas prácticas sostenibles.
Esto es lo que ocurre en Ciudad Juárez y Chihuahua, a las que según académicos, afectará el proceso de relocalización de empresas (NEARSHORING).
Los ejemplos más evidentes de poblaciones circulares son:
• Nueva York, San Francisco, Austin, Toronto, Londres, Belo Horizonte, Singapur y Paris.
Hay indicios de estos modelos en México, por ejemplo, desde la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), a la que pertenece México, surgió en 2011 la estrategia de Crecimiento Verde. En el mismo año, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) propuso la estrategia de Economía Verde y la Organización de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) la estrategia para una Industria Verde. Mientras que, en 2012, el Banco Mundial publica su propuesta sobre Crecimiento verde inclusivo.
La estrategia de crecimiento verde pone el acento en la búsqueda de nuevas fuentes de crecimiento a partir de la innovación, las inversiones y la competencia para enverdecer la economía. La propuesta de economía verde enfatiza el rol del Estado, el marco regulatorio, y la inversión pública y privada.