El ejército de Israel indicó el jueves que confirmó que el líder del ala militar de Hamás, Mohammed Deif, murió en un ataque aéreo en la Franja de Gaza en julio. El anuncio se produce un día después que un aparente ataque israelí mató al dirigente político del grupo insurgente en Teherán.
Los rápidos acontecimientos de esta semana han dejado a los mediadores de Estados Unidos, Egipto y Qatar, luchando por salvar las conversaciones para un acuerdo de alto al fuego en Gaza.
Al mismo tiempo, los diplomáticos internacionales quieren evitar una escalada hacia una guerra regional total después del asesinato en Teherán de Ismail Haniyeh, de Hamás, y del homicidio por parte de Israel de un alto comandante de Hezbolá en un ataque en Beirut, y ahora del anuncio de la muerte de Deif.
Por el momento, Hamás no ha comentado sobre el anuncio israelí, pero había afirmado que Deif sobrevivió al ataque de julio en Gaza. Un miembro de la oficina política del grupo, Izzat al-Risheq, dijo en un comunicado el jueves que confirmar o negar su muerte es responsabilidad del brazo armado, conocido como las Brigadas Izzedin al-Qassam, que por ahora ha guardado silencio.
La presunta eliminación de Haniyeh y Deif —dos de los principales cargos de Hamás— supone una victoria para el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, mientras las fuerzas militares israelíes siguen operando en Gaza.
Tras reunirse con oficiales militares el jueves, Netanyahu declaró que la muerte de Deif “refuerza un principio simple que hemos establecido, que a quien nos hace daño, nosotros se lo hacemos a él”.
Autoridades israelíes y estadounidenses dijeron que se esperaba que Netanyahu sostuviera una conversación telefónica más tarde el jueves con el presidente Joe Biden.
Los asesinatos también ponen a Netanyahu en una encrucijada. Por un lado, le brinda una oportunidad política para poner fin a la guerra, permitiéndole retractarse de su promesa de “victoria total”, mientras muestra a los israelíes que las capacidades militares del grupo insurgente han sufrido un revés debilitador.
Sin embargo, también podría llevarlo a endurecer su postura en las conversaciones, ya que los funcionarios israelíes insisten en que los golpes asestados a Hamás forzarán un compromiso. El grupo, por su parte, podría atrincherarse en las negociaciones o abandonarlas por completo.
Israel cree que Deif y Yahya Sinwar, el máximo dirigente de Hamás en Gaza, fueron los cerebros de la letal incursión en el sur del país el 7 de octubre, que dejó alrededor de mil 200 muertos y desató la guerra en Gaza. Se cree que Sinwar sigue escondido en el sitiado enclave.
Israel atacó a Deif el 13 de julio en una operación contra un complejo a las afueras de la ciudad de Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza. El ejército anunció entonces la muerte de otro comandante de Hamás, Rafa Salama.
Más de 90 personas más, incluyendo civiles desplazados instalados en tiendas de campaña cercanas, perdieron la vida en el ataque, explicaron funcionarios de salud gazatíes en aquel momento.
En su comunicado del jueves, el ejército israelí afirmó que “tras una evaluación de inteligencia, se puede confirmar que Mohammed Deif fue eliminado en el ataque”.
Por otra parte, los ataques aéreos israelíes contra una escuela que albergaba a palestinos desplazados en el distrito de Shujaiya, en la ciudad de Gaza, mataron el jueves al menos a 15 personas e hirieron a más de 40, según la Defensa Civil Palestina, que envió equipos para recuperar los cadáveres. El ejército alegó que combatientes de Hamás utilizaban el complejo para tramar atentados contra Israel.
En su campaña de bombardeos y ataques en Gaza, que comenzó hace casi 10 meses, Israel ha matado a unos 39 mil 480 palestinos e hirió a más de 91 mil 100, de acuerdo con el Ministerio de Salud de Gaza, cuyo conteo no distingue entre víctimas civiles y combatientes.
Más del 80% de los 2.3 millones de habitantes del enclave se han visto obligados a abandonar sus hogares y la inmensa mayoría se hacinan en atestados campamentos en el extremo suroccidental, con alimentos y agua limitados.
Tras el anuncio sobre Deif, el ministro ultraderechista de Finanzas, Bezalel Smotrich, dijo que “la derrota de Hamás está más cerca que nunca” y apuntó que el Ejército continuará “eliminando a otros miles de terroristas hasta que se restablezca nuestra seguridad y traigamos a los rehenes a casa”.
Por su parte, el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, afirmó que el ataque que se cobró la vida de Deif fue un “hito significativo” para lograr los objetivos de la guerra. “Los resultados de esta operación reflejan que Hamás es una organización en desintegración”, escribió en la red social X.
Deif fue uno de los fundadores del ala militar de Hamás en la década de 1990. Dirigió las Brigadas Qassam durante décadas a través de campañas de atentados suicidas contra civiles israelíes y descargas de cohetes.
En Gaza era una figura misteriosa y clandestina. Nunca apareció en público, casi nunca había sido fotografiado y sólo en contadas ocasiones se escuchó su voz en declaraciones. Había sobrevivido a varios intentos de asesinato israelíes.
El asesinato de Haniyeh echó por tierra meses de esfuerzos para lograr un alto al fuego en Gaza y la liberación de los rehenes. Haniyeh había sido uno de los principales negociadores.
Funcionarios de Qatar y Egipto han mantenido tensos intercambios con sus homólogos de Estados Unidos acerca del ataque, de acuerdo con un funcionario egipcio con conocimiento directo de las conversaciones, que habló bajo condición de anonimato para tratar discusiones internas.
Aunque Washington ha presionado a los mediadores egipcios y qataríes para que obtengan un compromiso de Hamás, los estadounidenses no pueden “presionar a la otra parte, Israel, para que se abstenga de actos de provocación”, añadió el funcionario egipcio, que tachó el asesinato de “imprudente”.
El primer ministro de Qatar, Mohammed bin Abdulrahman bin Jassim Al Thani, expresó su frustración en una publicación en las redes sociales: “¿Puede tener éxito una mediación cuando una parte asesina al negociador de la otra?”.
Fuente: Latinus