La economía de Estados Unidos se aceleró en el último trimestre a un sólido ritmo anual de 2.8%, y los consumidores y negocios ayudaron a impulsar el crecimiento pese a la presión ejercida por las altas tasas de interés.
Un informe publicado el jueves por el Departamento de Comercio indica que el producto interno bruto, que es la producción total de bienes y servicios de la economía, aumentó en el trimestre comprendido entre abril y junio, tras crecer a un ritmo de 1.4% en el periodo de enero a marzo.
El crecimiento del último trimestre también se aceleró debido a que las empresas aumentaron sus inventarios. Los economistas esperaban un ritmo de crecimiento más débil, de 1.9%.
A pesar del repunte en el último trimestre, la economía de Estados Unidos —la más grande del mundo— se ha enfriado frente a las tasas de interés más altas de las últimas décadas, establecidas por la Reserva Federal para combatir la inflación.
Desde mediados de 2022 hasta 2023, el crecimiento anualizado del PIB había alcanzado un punto máximo de 2% durante seis trimestres consecutivos. En los últimos dos trimestres del año pasado, el PIB creció a tasas robustas de 4.9% y 3.4%.
El estado de la economía ha atraído la atención de los estadounidenses conforme se intensifica la campaña presidencial. Aunque la inflación ha mostrado una pronunciada desaceleración, alcanzando 3% en comparación con el 9.1% de 2022, los precios permanecen muy por encima de los niveles previos a la pandemia de coronavirus.
La desaceleración de este año refleja, en gran parte, las tasas de interés mucho más elevadas de los préstamos hipotecarios y para la compra de automóviles, tarjetas de crédito y muchos préstamos a empresas, esto como resultado de la agresiva serie de aumentos en las tasas de interés establecidos por la Fed.
Las subidas de las tasas de interés de la Fed —11 de las cuales se realizaron en 2022 y 2023— se produjeron en respuesta al repunte de la inflación que comenzó en la primavera de 2021, mientras la economía se recuperaba con inesperada rapidez de la recesión provocada por la pandemia de Covid-19, generando una grave escasez de suministros.
La invasión de Ucrania por parte de Rusia en febrero de 2022 empeoró las cosas al inflar los precios de los energéticos y los granos de los que el mundo depende. Los precios aumentaron en el país y en el mundo.
Fuente: Latinus